Por Srila Gurudeva

Cómo invertir su energía



Trabajar con su propia energía es como hacer una inversión. Por ejemplo: cuando invierto algunas unidades de energía en relaciones positivas y saludables, derivo un mayor ingreso de energía que me nutre a mí y a mis relaciones con los demás. Al mismo tiempo, la energía que ahora recibo y transmito, incrementa considerablemente mi habilidad para lograr con éxito mis metas y propósitos. También puede invertirse esa energía en sentido negativo, ocasionando un gran déficit que puede llevarnos a la debilidad mental y a la enfermedad física. Cuando escogemos este último camino, nuestra energía se dispersa y se agota con celeridad y tendremos que tomar prestado a las energías almacenadas en nuestras propias células, o en las células de otra persona, convirtiéndonos así en una especie de parásito que vive de la energía ajena. Entonces, inconscientemente uno se convierte en un problema para la otra persona, o desarrolla adicción a alguna sustancia o vicio, porque literalmente anda a la cazade energía. No ha de extrañarnos entonces, que cuando las personas siguen patrones negativos como estos, se vuelven propensas a la enfermedad, tanto física como mental.




Debemos familiarizarnos con estas poderosas energías y los efectos que ellas tienen en nuestras vidas, relaciones y metas. Tenemos que aprender a reconocer cómo la energía entra y sale de nuestro cuerpo. Es preciso permanecer intensamente alerta para buscar y reconocer cuándo y de qué manera perdemos nuestra energía. A medida que desarrollemos esta conciencia y aprendamos a impedir los escapes de energía que nos debilitan mental y físicamente, también aprenderemos a desconectarnos de la devastadora energía negativa.